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En busca del nudo correcto…

De a poco avanzo en la construcción de la cañita marutake, como vivo en Patagonia Norte, quería que la caña tuviese al menos algún detalle que tenga que ver con materiales de la zona.

Se me ocurrió que el terminal del porta reel podría ser de algo que encontrase aquí cerca, primero intenté hacer todo el porta reel con alguna madera de aquí, así que salí a buscar por el bosque alguna rama seca que pudiese servirme, después de caminar varios kms. y juntar distintas maderas, llegué a casa y puse manos a la obra. Para no aburrirlos, resumo diciendo que no funcionó ninguna, de hecho se terminaban rompiendo cuando las torneaba o perforaba para colocar el soporte en la caña, así que desistí de la idea, y fui por un hongo llao llao (un nudo coihue) sobre el que había estado investigando un poco y sabía que los utilizaban para hacer pipas y muchas otras artesanías, por lo hermoso de las vetas y la dureza de la madera que se genera en el “callo” que le provoca el hongo a los árboles, impidiendo la libre circulación de savia a través de las ramas afectadas.

Como era de esperar, fui a cuanto lugar recordaba que había visto el hongo en más de una oportunidad, pero la idea era no cortar una rama verde, sino encontrar algún hongo que estuviese en una rama seca, lo cual subía drásticamente la apuesta, y para hacerlo más atractivo aún, debía encontrar este hongo cerca de uno de los arroyos que suelo frecuentar para pescar en el verano…

Recordaba un pequeño monte de ñires que está a la orilla de un arroyo cerca de casa, ya con bastante nieve lo recorrí por completo y solo pude encontrar alguno que otro pequeño nudo, así que la búsqueda se traslado a otro arroyo que frecuento, y ésta vez sí, pude encontrar varios arboles caídos y otros que habían sido cortados para leña que presentaban formación de nudos coihues en ramas que podría aprovechar sin hacer daño alguno. Asi fue que pude juntar algunos que prometían una buena veta.

Después de dejarlos secar, procedí a trabajar en la piecita que se me había ocurrido y por suerte todo salió perfecto, tal cual lo había imaginado y hasta me animo a decir que mejor aún…

En esta entrada solo voy a mostrar el hongo y los nudos coihues, ya que el maquinado y la pieza, los voy a dejar para las entradas que voy a hacer sobre la marutake.

Dejo un link con más información para el que esté interesado en conocer más acerca del hongo llao llao: https://es.wikipedia.org/wiki/Cyttaria_harioti

Hongo llao llao

Hongo llao llao

Llao llao y nudo coihue

Llao llao y nudo coihue

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captura y liberacion/Equipamiento/Lugares de Pesca
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Copo está?

Al poco tiempo que comencé a pescar con moscas, necesite un copo. Digo “necesite”, porque me era realmente difícil manipular una trucha con mis manos, sin provocarle daños, o la tenía que levantar colgando del anzuelo, o la apretaba demasiado, o la sacaba fuera del agua, definitivamente el copo me ayudó a mejorar en esas cuestiones, que por cierto, no son un tema menor. Lo que me llama la atención, es que cuando veo videos de otros países, casi todos los pescadores, inclusive gente muy experimentada, utiliza copo o sacadera (como prefieran) en cambio acá es resistido, es un sinónimo de novato, de falto de experiencia, o pareciera no ser cool o si sabes, no usas copo, no sé, pero algo hay con el tema.

No sé realmente cuál es el motivo para no llevar copo, pero a mí gusta usarlo, de hecho tengo un par de copos y siempre que salgo a pescar lo llevo, a excepción de cuando pesco en lugares extremadamente pequeños, ya que en esos casos entorpece más de lo que ayuda y hasta puede lastimar las truchitas (doy fe de esto, porque sencillamente lo probé)

El primer copo que compré es de madera y red de hilo tejida a mano, es realmente un hermoso copo artesanal, pero a la hora de usarlo con las truchas (es lo que pesco por ahora) note que podía lastimarlas, ya que es una malla muy grande y los nudos suelen raspar a las truchitas. Por éste motivo, decidí comprar otro copo más liviano, en este caso es de aluminio, y con una malla muchísimo más chica y sintética, ya los hay de cilicona que son mucho mejores, ya iré por uno de esos…

La cuestión es que siempre lo uso a pesar de alguna que otra cargada que tengo que soportar, como cosas del estilo “el que lleva copo, pesca poco!” inocentes comentarios de pescadores más experimentados, que por cierto, no usan copo! A más de uno lo he visto luchar con una trucha en la orilla, golpeando el pobre animalito contra las piedras o sacarlos fuera del agua y arrastrarlos por la tierra por no usar el dichoso copo. En fin…

Reconozco que no es demasiado cómodo andar caminando todo un día entre pastizales y arbustos con el copo colgando en la espalda. De hecho suele ser bastante incómodo y se suele enganchar en cuanta ramita haya, lo cual lo vuelve bastante tedioso, de hecho por este motivo y a pesar de contar con el artilugio magnético y correa de seguridad, lo he perdido ya varias veces, finalmente en todos los casos lo he vuelto a encontrar, así que ya se volvió parte de mí equipo en forma indiscutible.

En la primer oportunidad que lo perdí fue en el río Malleo, río que me encanta y suelo frecuentar todas las veces que puedo, de hecho ahora que hago memoria, las tres veces que lo perdí fue en el Malleo, por ende ya sé cual es el problema, no es el copo, es el Malleo 🙂 chistes aparte!!!

La primera vez caminaba por la orilla del Malleo abajo, dentro de la comunidad, y en un momento que pincho una truchita arcoiris, “copo está?” …no está! Volviendo pasos atrás luego de liberar la peque, lo encuentro colgado en un arbusto, a unos pocos pasos de donde me encontraba.

En la segunda oportunidad, había ingresado a una islita que se formaba con la bajante de verano y luego de caminar por más de una hora, misma situación, truchita clavada, manotazo en la espalda y nuevamente “copo está ?” …no está! Esta vez fue un poco más complicado, ya que dentro de la islita no había senderos, por lo tanto recorrer el mismo camino era imposible, así que no me quedo más remedio que recorrer casi toda la isla, hasta que al final, apareció el copo colgado de una retama, como descansando al sol.

Tercera vez (será la vencida?), se repite la historia (si ya sé, a esta altura están pensando lo mismo que yo, pero que bol…) obviamente historia repetida, truchita prendida en la mosca, manotazo en la espalda para tomar el copo y… “copo está?” …nuevamente no está! En ésta ocasión, la trucha era más importante que las otras veces, una arcoiris enérgica y vigorosa de esas que se pueden encontrar en Malleo, que no me la hizo fácil, pero finalmente post recuperación de rigor, volvió a su libertad sin problemas. El detalle que diferenciaba este caso de los anteriores, es que llevaba caminando unas 4 horas, había caminado varios kilómetros, y no era verano, por lo tanto, llevaba waders, campera, mochila, etc. nada cómodo como para volver por el mismo camino, pero me resistía a perder mi copo. Así que una vez más retomé el camino de regreso intentando pasar por cuanto lugar recordaba haber pasado, nada fácil, ya que había caminado mucho, pero mucho de verdad, finalmente llegué después de unas horas, a donde se encontraba mi camioneta, sin suerte alguna. Decepcionado por no haberlo podido encontrar, decidí, descansar un poco y almorzar, luego vería que haría. Después de comer y descansar una hora aproximadamente, decidí que no abandonaría a mi querido copo en aquel lugar, así que guarde todo, mochila en la espalda y a caminar nuevamente hasta el último lugar que había estado, ésta vez no me llevo tanto tiempo, porque no iba pescando, sólo iba en búsqueda de mí copo. Llegue nuevamente a donde había liberado esa última trucha, luego de una hora y media de caminata más o menos, y nada. Cuando ya me estaba resignando, algo en mi interior me decía que no podía ser, no había nadie ese día, el copo debería estar en algún lado, así que volví nuevamente hasta el último lugar recorrido y me senté a la orilla del río a mirar con detalle. Y cuando agudice la mirada, ahí lo ví, mi castigado copo estaba descansando, colgado en una retama a unos dos metros de donde lo había querido manotear para sacar la truchita, siempre estuvo ahí a mis espaldas y yo no lo ví.

Sin copo

Sin copo

Copo perdido

Copo perdido

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