Historias/Lugares de Pesca/Naturaleza
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Su primer truchita…

Ésta vez me encontraba en un camping a la orilla del arroyo al que suelo concurrir a pescar pequeñas fontis, la idea era pasar un lindo día, almorzando a la orilla del arroyo y disfrutar de una hermosa salida de campo. Llegamos relativamente temprano y estábamos solos en el lugar, luego de bajar todos los pertrechos y dejar todo listo para preparar la comida al mediodía, no pude resistir la tentación y me fui a pescar unas fontis, conozco muy bien este lugar y las costumbres de éstas perlitas de arroyo, así que no tardé mucho en pinchar algunas hermosas truchitas que por supuesto liberé de inmediato, luego de la foto de rigor…

Llego el mediodía, prepare algo para comer y a primera hora de la tarde ya estábamos descansando a la orilla del arroyo, panzas llenas y corazones contentos. El día se presentaba absolutamente calmo, cielo azul, nada de viento, temperatura agradable, pájaros, ruido de agua corriendo, truchitas cebadas con pequeñas caddis que sobrevolaban el agua, todo era ideal…

En un momento aparecen dos vehículos que luego de dar un par de vueltas por distintos lugares, decidieron parar exactamente al lado nuestro, eran 4 adultos con varios niños, los cuales apenas bajaron de los autos empezaron a corretear y disfrutar del lugar, decidí que guardaría mi equipo, ya que no se podría seguir pescando, después de todo voy muy seguido a ese lugar, así que estaba muy bien disfrutando de la paz y quietud de la tarde, que ahora se veía sobresaltada por niños que se desplazaban por todos lados, me hizo acordar mucho a algún tiempo pasado…

Apenas pasaron unos minutos los peques se nos acercaron y comenzaron a hablarnos y preguntarnos sobre los peces, acto seguido y como querían ver alguna truchita, tomé nuevamente la caña que ya había sido dejada de lado y comencé a pescar unas fontis, la felicidad de estos niños era terrible, si bien tenían miedo de tocarlas, me pedían que siguiera pescando porque querían verlas recuperar la libertad, además de observar lo bellas que son. Yo estaba en mi salsa, tenía público y pescaba una truchita tras otra, había comenzado una fuerte eclosión de insectos y las truchitas estaban como locas…

Uno de los chicos se fue y apareció con una caña de spinning y una cucharita, la cual lanzó en forma directa sobre las truchitas, obviamente con el resultado que imaginarán, no pesqué ninguna truchita más y mucho menos él. Así que luego de hablar con su madre, le ofrecí una mosca y mostrarle como y donde pescar unas truchitas, para que luego sean liberadas, oferta que aceptaron gustosamente, así que tomé el alicate, quité la cucharita, le agregué unos 60cm de tippet 4x y ate en el extremo una elk hair caddis en #16, le mostré como lanzar y lo dejé…

En su primer lanzamiento apenas la mosca toco el agua y derivó unos escasos 10 cm. saltó una fonti hermosa que tomó con mucha agresividad, la felicidad de aquel niño con su primer truchita no me la voy a olvidar en mi vida, y creo que él tampoco.

Nos fuimos de aquel lugar con total alegría y observando como ese niño seguía lanzando una y otra vez, seguramente debe haber pinchado alguna otra fonti más y creo imaginarme con claridad que soño esa noche…

Truchita I

Truchita I

Truchita II

Truchita II

No todo es pesca

No todo es pesca

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Nuevamente en casa…

Pasaron unos larguísimos 20 días en los que por cuestiones laborales, tuve que alejarme de casa. Como era de esperar, cada noche antes de dormirme, pensaba en mis queridos arroyos de montaña, lugares que se encuentran a escasos minutos de casa y que visito asiduamente al terminar cada jornada laboral, en donde suelo pescar truchitas fontinalis y alguna que otra truchita arcoiris o marrón.

Finalmente el tiempo pasó y me encuentro nuevamente en casa, obviamente, el primer día, apenas terminé de trabajar, tome mi equipo #3, unas mosquitas y salí a probar suerte, lo primero que noté es que el nivel de agua bajo muchísimo (como era de esperar) por lo tanto, las truchitas están muy esquivas, ya que apenas nos acercamos a la orilla del agua, nos ven y salen “disparadas” a protegerse en la primer piedra o tronco hundido que encuentran, es hora de ponerse más sutil..

Aprovechando el follaje y las grandes piedras que suelen encontrarse en estos arroyos, me cubrí para que no puedan verme, ate una pequeña elk caddis en #18 y espere a ver si alguna truchita salía a comer, luego de unos minutos de calma, noté como comenzaban a cebarse en un pocito que se formaba detrás de un tronco caído que les hacía de escudo para la fuerte correntada que se formaba alli, hay que recordar que estamos hablando de truchitas que normalmente no exceden los 15/20 cm, muchas de ellas son de apenas unos 10 cm, igualmente son muy veloces y fuertes y en un equipo #3 como el que utilizo, las vamos a sentir cuando toman la mosca sin ningún inconveniente, siempre van a dar una fuerte pelea.

Deje que se cebaran algunos minutos mas e hice el primer lance, procure que la mosca cayera unos 50cm aguas arriba, para que derivara lo mas naturalmente y pasase justo por encima de las truchitas que alli esperaban comida, apenas paso la caddis, una hermosa fontinalis, salió despedida del agua por lo menos 20cm y en con un salto espectacular tomo mi mosca, empezo la diversión…

Cuando estas truchitas están cebadas, si le ubicamos la mosca con una buena deriva la van a tomar sin dudar, sobre todo si elegimos esas aguas movidas, para no dar tiempo a que puedan estudiar demasiado nuestra mosca, ya que si esto sucede, les puedo asegurar que se vuelven bastante exquisitas y selectivas, no vamos a pinchar ninguna.

Esta jornada terminó con varias capturas, algunas muy lindas, truchitas de unos 25cm que para estos lugares, son bichitos que nos van a hacer disfrutar muchísimo…

Cuando eramos chicos, junto con unos amigos salíamos a pescar cuantas veces podíamos, allí en donde vivíamos hace casi 40 años atrás, también se podía pescar cerca de casa, pescabamos en pequeñas lagunas, tarariras que muchas veces terminaban como comida para el gato o bien, en una “pecera” improvisada. Creo que de allí viene esa misma ansiedad y emosión que vivo en estas bellas jornadas, quizás algo de aquella infancia sigue presente (por suerte) y hace que para mí ir a buscar a las peques, sea algo único, un lugar donde nada más existe y el tiempo se detiene, un tipo de barba blanca que juega a pescar con aguas que apenas si le llegan a las rodillas, recordando aquellas pescas con amigos de corchos pintados de blanco y barro en los pies…

Aguas bajas:

Aguas bajas

Elk hair caddis:

Elk Caddis

No se pudo resistir:

Fontinalis

Pintitas:

Pintitas

Otra más que no pudo resistirse:

La Caddis pudo mas

Recuperándose antes de volver a su hábitat:

Oscurita Hermosa

Sorpresa arcoíris peque:

Sorpresa en el arroyo

Otra arcoíris que andaba por allí:

Sorpresa de arroyo

Otra arcoíris más:

Sorpresa en el arroyo

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