Historias/Lugares de Pesca
0 Comments

No todo es pescar…

Una de las cosas que disfruto y mucho, es conocer nuevos lugares, descubrir nuevos sectores de los ríos o arroyos, o directamente llegar a un lugar donde jamás había ido, mucho mejor si éste “nuevo” lugar lo descubrí investigando por mi cuenta. No me pasa lo mismo cuando me pasan el “dato”, prefiero encontrar lugares a través de mis propias averiguaciones, revisando mapas, escarbando en la red, en fin, comenzar a disfrutar en ese preciso momento, como imaginando con el lugar que voy a dar, cuanto menos concurrido mejor!

Obviamente que porque alguien me comente o sugiera un lugar, no lo voy descartar, sólo que descubrirlo por mi cuenta tiene otro sabor, locuras personales quizás…

Hacia rato que tenía un lugar en mente, sabia que existía, y a pesar de ello por distintas situaciones que no vienen al caso, no podía dar con él, ésta semana fue distinto.

Como suele ocurrir durante la temporada, si un día logro terminar de trabajar relativamente temprano, salgo a mojar moscas cerca de casa, ésta vez iba a intentar llegar a este sitio que me rondaba la cabeza hacía ya más de un año, así que preparé un equipo liviano, riñonera, copo, caña y unas pocas moscas secas, además de agua y las botas de vadeo, era lógico que no haría falta wader ni nada muy especial, ya que la idea era acceder a un sector de un arroyo en el cual nunca había estado, y que por las vistas de mapas que había consultado, presentaba un sector prometedor en cuanto al caudal de agua que podría tener a esta altura de febrero, donde por cierto, los ríos bajaron muchísimo su nivel.

Ni bien termine de trabajar, cargué todo en el auto, y salí rumbo al arroyo, a un sector donde podría dejar el vehículo, preparar todo con comodidad y luego caminar desde ahí, aguas arriba, en partes por la costa y parte por el agua, ya que debido a la importante bajante de nivel, ésta vez se dejaba ver una costa rocosa que normalmente está bajo bastante agua y complica bastante el caminar río arriba.

Finalmente luego de éste ritual y caminar unos 30 minutos llegué a destino, era tal cual lo había imaginado, me encontraba allí, con la compañía de un perro negro, que me hizo las veces de guía y a su vez de espantador profesional de truchas, ya que al muy simpático can se le daba por tirarse al agua en los mejores lugares…, Presiento que no era un guía, sino el cuidador de aquél sitio solitario.

Puedo decir sin exagerar, que estaba emocionado de estar allí, sentía que estaba en un lugar con muy poca presencia humana, no invadido, donde sólo los protagonistas eran aquel perro obviamente que se la pasaba enredado en mi linea y sumergiéndose en el agua en los mejores lugares, algunas truchas que veía comer en superficie, las aguas corriendo cristalinas y yo como único observador. No podía parar de observar a mí alrededor y disfrutar de la soledad, de los sonidos y aromas naturales que brindan estos pequeños lugares, de esa unión de aguas, encerradas por árboles y arbustos que apenas dejaban colar algún que otro rayo de sol, mágico!

Luego de contemplar ese hermoso entorno, decidí leer las aguas y buscar algún lugar donde podría comenzar a probar suerte, finalmente elegí un pocito que se formaba luego de una corredera que traía bastante caudal, ya que se alimenta de dos arroyos que en este punto se unen para formar un solo flujo de agua. Apenas pose una mosquita seca y dejé derivar, la primer truchita no se hizo esperar, había descubierto un sitio donde me pude divertir un par de horas, ninguna trucha superó los 300/400 gramos, pero así y todo fue realmente muy entretenido. Se que fué la primera vez que estuve allí, pero definitivamente no va a ser la última.

Pocito donde me divertí un rato:

Liberando una arcoiris:

0
Historias/Lugares de Pesca/Naturaleza/planificar
0 Comments

Que hay de nuevo ?

Cambio el año, ya estamos en 2018, por suerte en lo que va de esta temporada pude salir bastante a pescar. Muchos de los lugares a los que fui ya me eran conocidos, inclusive en la mayoría ya había pescado la temporada pasada, pero otros, por el contrario, fueron nuevos para mi, indagar sobre estos lugares, ya sea por contactos o por Internet, tiene un encanto especial, ese encanto que nos da los desconocido y el descubrir nuevas situaciones de pesca y entornos…

Gustoso de la pesca en pequeños ríos o arroyos de montaña, decidí explorar nuevos lugares, en total fueron tres arroyos, 2 no los conocía y el tercero, si bien pesco habitualmente en él, ésta vez iría a un tramo en el cual nunca había accedido, quería ver que había de nuevo, un poco mas allá…

Preparé todo el equipo, algo para comer (ya que el día pintaba largo), bastante agua como siempre y me armé un recorrido más o menos estipulado como para que me alcanzase para recorrerlos en el día. La idea era simple, me dirigiría al arroyo más lejano, y lo remontaría aguas arriba en busca de truchas de arroyo o fontinalis, si había buena pesca, era muy probable, que sólo me quedase en ese arroyo todo el día y dejara para otro momento parte del plan…

Salí de casa bastante temprano, llegué al primer arroyo, estacioné el vehículo, desayuné algo, y salí a caminarlo un poco, digamos a darle el primer vistazo y ver que sectores se verían como más productivos, suelo hacer esto por lo menos en los primeros 100m aproximadamente. Después de caminarlo un buen tramo, vi un sector de no más de 15 metros que tenia buena pinta, se veía con buena profundidad y velocidad de agua, cómo para que las truchitas pudiesen comer tranquilamente, si bien no había visto actividad, presentía que podría darse una buena pesca en ese sector…

Volví al vehículo y cuando me disponía a preparar el equipo, apareció gente con cara de pocos amigos, que sin mediar palabras, vinieron directamente a intimidarme, a lo cual, no respondí, tomé mis cosas y me retiré, después de todo, estas salidas las planifico para disfrutar en la paz y tranquilidad de la naturaleza, no para ponerme a discutir con alguien que obviamente no me dará nunca la razón, tiempo perdido…

De todas maneras ya estaba allí, así que me alejé de la situación “incomoda” y estacioné en otro sector un tanto alejado de aquellos “señores” y repetí el plan, recorrí ésta vez unos 200 metros río arriba y ya no se veía tan prometedor, a ésta altura el arroyo tiene mucha pendiente, demasiada velocidad en el agua, y si bien se formaban algunos pequeños sectores que podrían esconder alguna truchita, la claridad del agua, me decía que no iba a tener mucha diversión por allí… nada que perder, así que volví al vehículo, armé mi equipo #3, y recorrí esos 200 metros nuevamente para ir bajando y probando en cuanto pocito encontrara, eso hice… NADA! no me sorprendió ya que había notado las características poco propicias para las truchitas. Volví al vehículo, guardé el equipo armado y me diriji al otro arroyo, que en este caso, se encontraba a escasos kms.

Cuando llegué note que no tenía lugar para dejar el auto, así que tuve que alejarme bastante hasta que encontré un “hueco” en el bosque donde lo pude dejar, lo estacioné allí, y repetí procedimiento, camine los 200 metros aproximadamente que me alejaban del arroyo e intente llegar al agua, muy complicado, en este otro caso, el bosque es muy cerrado y casi no permite acercarse al agua, de todas maneras lo hice por entre las ramas y finalmente cuando pude llegar al agua, estas parecían ser más prometedoras, así que volví al auto sin perder tiempo, tomé el equipo y volví al arroyo, luego de lidiar con el ramerio, volví a llegar al agua y comencé a hacer unos tiritos para ver si activaba alguna truchita, NADA! En este caso no tenía demasiado para recorrer, ya que era muy complicado caminarlo, diría que casi imposible, conclusión, conocí dos hermosos lugares, pero de truchas, nada, parecen no ser propicios para las pequeñas truchas de arroyo, pero me resisto a pensar que no hay, pero por lo menos, no las hubo en esta oportunidad, seguramente volveré avanzada la temporada a ver si el entorno se modifica y se torna más propicio para la pesca.

Volví al vehículo, guardé el equipo y me diriji al tercer arroyo, éste ya me es bastante conocido y sé de su buena cantidad de truchas fontinalis, chiquitas, pero hermosas y peleadores…

Como ya se había hecho el mediodía, decidí almorzar, a ésta altura y habiendo caminado bastante, el hambre se hace notar…

Una vez satisfecho, volví a armar el equipo y abordé una entrada al arroyo que ya conocía, pero la idea esta vez, era ver que había de nuevo aguas arriba, lugar al que nunca había accedido, por la dificultad que presentaba para recorrerlo. Como tenía toda la tarde para recorrer unos 500 metros, lo hice con mucha tranquilidad y disfrutando el paisaje que nos brindan estas pequeñas aguas, apenas lo comencé a recorrer, comencé a pescar fontis como a mi me gusta, así que finalmente descubrí un nuevo sector del arroyo, muy productivo y además con lugares muy bonitos, la tarde finalmente cerró perfectamente, conocí 3 nuevos lugares bien distintos y pesqué bastante disfrutando de paisajes patagónicos que son una maravilla.

Descubrir que hay de nuevo en los lugares desconocidos, hace de cada salida, una experiencia muy distinta, después de todo nos gusta seguir sintiéndonos niños exploradores, en un mundo desconocido.

Buena pesca!

Algunas imágenes de aquel día…



4
A %d blogueros les gusta esto: