Historias/Lugares de Pesca/Naturaleza
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Sentate un rato che…

En la última salida que comenté en la entrada anterior, me había percatado de lo torpe de mí ansiedad por entrar al agua a mojar moscas, sin observar demasiado previamente, pero además de eso, estuve viendo una serie de videos del canal Carpe Diem, dejo el link https://www.youtube.com/channel/UClhPO99nSs9HXhS5KOKHJlw

…donde se muestran escenas de pesca con una paz inusual con respecto a otros tantos videos que suelo ver y eso me marco un antes y un después, lo lindo que es sentarse un rato, observar, respirar el aire de montaña, sentir el viento en la cara, escuchar todos los sonidos de la naturaleza, pero sentirlo de verdad, ser parte del ambiente en el que estamos, ser uno más y que todo ese hermoso contexto donde tenemos la suerte de practicar este maravilloso deporte, se fusione con uno mismo…

En mis últimas salidas comencé a tomarme ese tiempo, a mermar de a poco el impulso desmedido de meterme al agua a pescar, y realmente me cambio la visión del deporte, de las salidas, disfruto de otra forma, si bien siempre me tomé algún pequeño instante para esto, ahora lo estoy llevando a la máxima expresión que mí ansiedad me permite, y eso cambia totalmente la perspectiva de pesca.

Ayer me encontré solo, sentado al lado de un arroyo al que suelo ir con cierta frecuencia, y me senté a tomar algo caliente y observar, realmente lo disfruté tanto como la pesca, después de todo, las salidas deben ser así, mimetizarse con el todo, ser parte de la naturaleza, contemplar… pero no hablo de sentarse y mirar alrededor, va más allá, es percibir con todos los sentidos, sin esfuerzo alguno, tiene que ser totalmente natural… así que sentate un rato che… te va a cambiar la vida…

Sentate un rato che

Sentate un rato che

Contemplar pescaditos

Contemplar pescaditos

Perlita

Perlita que volvió a la libertad

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Historias/Lugares de Pesca
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No todo es pescar…

Una de las cosas que disfruto y mucho, es conocer nuevos lugares, descubrir nuevos sectores de los ríos o arroyos, o directamente llegar a un lugar donde jamás había ido, mucho mejor si éste “nuevo” lugar lo descubrí investigando por mi cuenta. No me pasa lo mismo cuando me pasan el “dato”, prefiero encontrar lugares a través de mis propias averiguaciones, revisando mapas, escarbando en la red, en fin, comenzar a disfrutar en ese preciso momento, como imaginando con el lugar que voy a dar, cuanto menos concurrido mejor!

Obviamente que porque alguien me comente o sugiera un lugar, no lo voy descartar, sólo que descubrirlo por mi cuenta tiene otro sabor, locuras personales quizás…

Hacia rato que tenía un lugar en mente, sabia que existía, y a pesar de ello por distintas situaciones que no vienen al caso, no podía dar con él, ésta semana fue distinto.

Como suele ocurrir durante la temporada, si un día logro terminar de trabajar relativamente temprano, salgo a mojar moscas cerca de casa, ésta vez iba a intentar llegar a este sitio que me rondaba la cabeza hacía ya más de un año, así que preparé un equipo liviano, riñonera, copo, caña y unas pocas moscas secas, además de agua y las botas de vadeo, era lógico que no haría falta wader ni nada muy especial, ya que la idea era acceder a un sector de un arroyo en el cual nunca había estado, y que por las vistas de mapas que había consultado, presentaba un sector prometedor en cuanto al caudal de agua que podría tener a esta altura de febrero, donde por cierto, los ríos bajaron muchísimo su nivel.

Ni bien termine de trabajar, cargué todo en el auto, y salí rumbo al arroyo, a un sector donde podría dejar el vehículo, preparar todo con comodidad y luego caminar desde ahí, aguas arriba, en partes por la costa y parte por el agua, ya que debido a la importante bajante de nivel, ésta vez se dejaba ver una costa rocosa que normalmente está bajo bastante agua y complica bastante el caminar río arriba.

Finalmente luego de éste ritual y caminar unos 30 minutos llegué a destino, era tal cual lo había imaginado, me encontraba allí, con la compañía de un perro negro, que me hizo las veces de guía y a su vez de espantador profesional de truchas, ya que al muy simpático can se le daba por tirarse al agua en los mejores lugares…, Presiento que no era un guía, sino el cuidador de aquél sitio solitario.

Puedo decir sin exagerar, que estaba emocionado de estar allí, sentía que estaba en un lugar con muy poca presencia humana, no invadido, donde sólo los protagonistas eran aquel perro obviamente que se la pasaba enredado en mi linea y sumergiéndose en el agua en los mejores lugares, algunas truchas que veía comer en superficie, las aguas corriendo cristalinas y yo como único observador. No podía parar de observar a mí alrededor y disfrutar de la soledad, de los sonidos y aromas naturales que brindan estos pequeños lugares, de esa unión de aguas, encerradas por árboles y arbustos que apenas dejaban colar algún que otro rayo de sol, mágico!

Luego de contemplar ese hermoso entorno, decidí leer las aguas y buscar algún lugar donde podría comenzar a probar suerte, finalmente elegí un pocito que se formaba luego de una corredera que traía bastante caudal, ya que se alimenta de dos arroyos que en este punto se unen para formar un solo flujo de agua. Apenas pose una mosquita seca y dejé derivar, la primer truchita no se hizo esperar, había descubierto un sitio donde me pude divertir un par de horas, ninguna trucha superó los 300/400 gramos, pero así y todo fue realmente muy entretenido. Se que fué la primera vez que estuve allí, pero definitivamente no va a ser la última.

Pocito donde me divertí un rato:

Liberando una arcoiris:

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