Con wader es otra cosa!!!
Como se imaginaran, luego de haber tenido aquella primer experiencia de pesca con mosca, la alegría no cabía dentro de mí, por supuesto de ahí en más todos los fines de semana religiosamente volvía a aquel mismo lugar, y de a poco fuí mejorando, muy de a poco…, lanzamientos un poco mas precisos, además de ser más cauto en cuanto al acercarme al arroyo y al observar alrededor mío, identificando cuanta vegetación podría complicarme la vida. Tuve jornadas relativamente parecidas, pesque algunas truchitas de arroyo, alguna arcoiris chiquita e inclusive una marrón, todas bien chiquitas pero no por eso, menos hermosas y peleadoras, las cuales eran devueltas religiosamente, y por supuesto en todos los casos disfrutaba de cada salida, desde el mismo momento en que comenzaba a preparar las cosas antes de salir de casa, siempre la pasé muy bien y terminaba el día con una inmensa felicidad y satisfacción.
Con las sucesivas salidas, me di cuenta que necesitaba poder acceder a otros sitios, siempre hablando del mismo arroyo, pero quería poder acercarme a otros lugares que me eran imposibles, ya sea por la vegetación que había en las orillas o simplemente porque no tenía manera de llegar sin mojarme, lo cual puede estar muy bien un rato, pero no la cantidad de horas que me pasaba en aquel hermoso lugar, ya que el agua es bastante fría, así que me decidí a ampliar mi equipamiento y comprar un wader y botas de vadeo.
Nuevamente me acerqué al negocio más cercano a mi casa, ya que no soy de andar buscando demasiado sobre el tema precios y esas cosas, no porque me sobre, sino porque me da muchísima pereza hacerlo, prefiero utilizar ese valiosisimo tiempo, estando en el arroyo de mis sueños. Por supuesto una vez más manifesté mi ignorancia al respecto, y prueba va, prueba viene, finalmente compré un wader, un par de botas de badeo (no las óptimas, ya que eran para pescar embarcado, cosa que me entere al final de temporada cuando un pescador experimentado me lo dijo) y un par de guantes para no quemarme con el sol, además adquirí un copo para poder tomar las truchas con el menor impacto posible y un chaleco para portar las moscas, la pinza para extraer anzuelos, leader, permiso de pesca, y alguna que otra cosa más.
Compré un wader respirable, el que pude comprar, ni el más barato ni el más caro, por decirlo de alguna manera, “el del medio”, con las botas el tema fue diferente, compré las que me entraron y como dije más arriba, no eran precisamente las ideales, pero me ayudaron a zafar la temporada. Apenas salí de la tienda partí rumbo al arroyo, llegue y comencé a cambiarme, me sentía un astronauta, pero ahora si podía comenzar a adentrarme en el agua sin problemas, caminarlo, llegar a más lugares, realmente fue un antes y después, ese día mejore mi performance, ya que me resultó mucho más cómodo lanzar y por supuesto tomar y liberar a las truchas.
No sabía que era tan agotador pasar largas horas caminando entre las piedras, cosa que me vino muy bien, ya que paso la mayor parte del tiempo trabajando frente a una computadora. Ahora no solo pescaba (intentaba) sino que además hacía ejercicio, combo completo!
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